La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria no considera «seguro» el dióxido de titanio como aditivo alimentario, que se utiliza como colorante alimentario, principalmente en repostería, panadería, sopas, caldos y salsas, ensaladas y pastas saladas para bocadillos, aunque también está presente en cosméticos, pinturas y medicamentos. La seguridad del consumidor es de suma importancia para Puratos Como ya sabes, en López Aragón trabajamos mano a mano con una de las…
